Finnca nace como una empresa que ofrece frutas y verduras a domicilio. Inicialmente, la empresa se enfocaba en rescatar productos que sobraban en las granjas locales, los cuales solían ser desechados por su apariencia o por sobreproducción, pero que mantenían su buena calidad. Estos productos eran comercializados a otros negocios, como restaurantes, hoteles, universidades y empresas.

Con la llegada de la pandemia y el cierre de muchos negocios en 2020, Finnca se vio forzada a cambiar su modelo de negocio, ofreciendo sus productos directamente al público general.
La marca necesitaba mejoras, ya que era difícil de recordar y debía conectar mejor con el nuevo público objetivo. Se desarrolló la identidad visual completa, incluyendo el diseño de vehículos corporativos y material para redes sociales. También colaboré activamente con el equipo de desarrollo durante el proceso de diseño web.


Después de dos meses, la empresa había logrado una base de clientes que le permitía sustentarse, la cual continuó creciendo en los meses siguientes, superando a la competencia y a los nuevos negocios similares que surgieron tras el inicio de la pandemia.